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El Dr. Gustavo Di Paolo de ESEIAP fue invitado a suscribir la Carta Internacional: “Un plan para descontaminar nuestras ciudades y contener la crisis climática”

El Dr. Gustavo Di Paolo de ESEIAP, fue invitado a suscribir la Carta Internacional: “Un plan para descontaminar nuestras ciudades y contener la crisis climática”.

Este documento que
se desarrolló durante la COP 25, se enmarca dentro de una campaña para que los gobiernos de los países de la región incluyan la mitigación de los contaminantes climáticos de vida corta en la actualización de sus NDCs.

 

 

 

Por ello, más de 100 organizaciones de la sociedad civil solicitan en una carta conjunta que los gobiernos de América Latina incluyan metas ambiciosas y medibles de reducción de esos contaminantes en sus nuevos compromisos climáticos (NDC), que deben presentar hasta marzo de este año ante Naciones Unidas.

 

 

 

Existe una oportunidad real para frenar la crisis climática y, al mismo tiempo, mejorar la calidad del aire que se respira en las ciudades: la reducción de los contaminantes climáticos de vida corta (CCVC) que constituyen agentes atmosféricos que contribuyen a la crisis climática con gran intensidad. Esta campaña es impulsada por la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA).

 

 

 

 

 

 

Carta Internacional: "Un plan para descontaminar nuestras ciudades y contener la crisis climática"

 

 

 

 

La mala calidad del aire es el problema ambiental que más vidas cobra a nivel mundial. Cada año, más de 4 millones de personas mueren por los daños que la contaminación atmosférica causa en la salud. Datos oficiales dan cuenta que a nivel global nueve de cada diez personas respiran aire contaminado, y que el problema afecta a más del 80% de quienes viven en ciudades. La mayoría de las personas afectadas está en países en desarrollo y los daños afectan de manera más grave a los sectores más vulnerables de la población: niños y niñas, mujeres embarazadas y adultos mayores.

 


Por otro lado, la humanidad se encuentra hoy gravemente amenazada por una emergencia climática cuyos impactos los sufren también con mayor fuerza los segmentos más vulnerables de la población.

 

Ambos problemas, la crisis climática y la mala calidad del aire, se relacionan con la atmósfera que nos rodea, y son un asunto de derechos humanos. En ese sentido, existe una forma de avanzar de manera eficiente en ambos frentes. Se trata de una oportunidad que debemos aprovechar, y tiene que ver con la reducción de las emisiones de los Contaminantes Climáticos de Vida Corta (CCVC).

 


Los Contaminantes Climáticos de Vida Corta son agentes atmosféricos que contribuyen a la crisis climática con mucha más intensidad que el dióxido de carbono (CO2) y, como su nombre indica, tienen una permanencia relativamente corta en la atmósfera, desde días hasta décadas; a diferencia del CO2, que puede durar incluso milenios en la atmósfera. Además, los CCVC degradan la calidad del aire, afectan zonas glaciales y reducen el rendimiento de los cultivos. Los principales CCVC son el carbono negro, el metano, el ozono troposférico y los hidrofluorocarbonos (HFC).

 

Apuntar a su mitigación implica reducir el calentamiento del planeta en el corto plazo y, al mismo tiempo, avanzar en la descontaminación de las ciudades.

 

 

 

Más información: https://aida-americas.org/es/un-plan-para-descontaminar-nuestros-ciudades-y-contener-la-crisis-climatica