Por Leopoldo Fidyka
Debido a los profundos cambios del entorno y escenarios de los últimos años, las administraciones públicas se trasforman y han de analizarse a partir de un marco más amplio: la redefinición y los
nuevos papeles del Estado, las relaciones intergubernamentales y con otros actores sociales y la búsqueda de nuevas orientaciones, cruzados a su vez transversalmente por las nuevas tecnologías de
información.
Aparecen nuevos retos en contextos de innovadoras formas de gobernar y gestionar el sector público, y el acercamiento a la ciudadanía, adquiere un fuerte protagonismo. Entre los nuevos paradigmas surge como valor la capacidad de respuesta, ser al mismo tiempo más efectivo y receptivos a las demandas de la gente y construir en procesos colaborativos novedosas y superadoras respuestas a los problemas públicos.
Los nuevos contextos y la reorientación de fines estatales hacen que las transformaciones públicas deban producirse tanto hacia el interior de la administración, modificando su funcionamiento, su gestión y cultura institucional, como hacia el exterior, en una gestión reticular multinivel, relacionadas con la sociedad civil y la ciudadanía.
Esto lleva a la consolidación de nuevos paradigmas como el derecho fundamental a la buena administración y otros conexos, muchos de ellos expresados en diferentes instrumentos internacionales como el Código de Buen Gobierno y las diferentes cartas iberoamericanas propuestas por el Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, -CLAD-, y aprobadas en las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y Gobierno de la región.
Estos instrumentos si bien no son jurídicamente obligatorios, sirven como importantes marcos de referencia dado que exponen en forma ordenada doctrinas, principios, conceptos y estrategias de orientación para el proceso de reforma y modernización de las instituciones estatales, proporcionado pilares de actuación hacia la transparencia, participación ciudadana, rendición de cuentas, colaboración, innovación y calidad en la gestión pública. Los gobiernos locales en aras de mejorar su gestión deben tomar nota de ellos como fuente y herramientas de inspiración y acción.
La ciudadanía aparece cada vez más en el centro de la escena y si se quiere llegar a ella con eficacia desde la administración para establecer relaciones de mayor intensidad, calidad, implicancia y colaboración se deben activar determinados principios que parten desde distintos ejes relacionados:
- Administración pública centrada en el ciudadano.
- Ética, integridad y acceso a la información pública.
- Gobierno Abierto.
- Políticas Públicas de Participación Ciudadana.
Estos ejes confluyen en un nuevo espacio en construcción, de límites aún imprecisos con centro en los ciudadanos, que marcan una resignificación de los roles entre el Estado, de otros actores sociales y el fortalecimiento de los derechos ciudadanos.
Eje 1. Administración pública centrada en el ciudadano.
El enfoque centrado en el ciudadano exige a las administraciones públicas liderar un proceso de cambio y transformación dirigido a ofrecer servicios públicos eficaces y de calidad, dotándolos de mayor transparencia y agilidad, asimismo, reestructurar modelos organizativos internos, fomentar la innovación en políticas y programas, promover cambios culturales y potenciar claramente el uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación.
Principales instrumentos Iberoamericanos de referencia
- Carta Iberoamericana de la Función Pública (2003)
- Código Iberoamericano de Buen Gobierno (2006).
- Carta Iberoamericana de Calidad en la Gestión Pública (2008).
- Carta Iberoamericana de los Derechos y Deberes del Ciudadano en Relación con la Administración Pública (2013).
Estrategias posibles en gobiernos locales:
- Planes estratégicos de modernización administrativa.
- Implementación de nuevas herramientas de planificación y evaluación.
- Laboratorios de innovación.
- Formación y reconversión de recursos humanos.
- Gestión de calidad, Carta Compromiso con el Ciudadano.
- Gestión de la comunicación, relaciones y respuestas a los ciudadanos.
Eje 2. Ética, integridad y acceso a la información
pública.
La administración pública debe dar respuestas adecuadas con compromiso y probidad a los ciudadanos. Esta mirada se relaciona con el concepto de accountability, la cual puede ser traducida como responsabilización o capacidad de respuesta y se refiere a la obligación de los Estados de rendir cuentas y asumir responsabilidades ante los ciudadanos.
En ese sentido, debe actuar con ética e integridad y alejada de secretismos, abrir la misma a los ciudadanos, siendo un punto central el acceso a la información pública.
Acceder a la información pública ayuda a tomar decisiones, facilita la transparencia, a controlar la gestión pública y a mejorar la participación, pero también contribuye a ejercer como mayor eficacia otros derechos fundamentales, con estos preceptos se ha venido configurando el acceso a la información pública como un derecho en poder de los ciudadanos, consagrándoselo en instrumentos internacionales y en los marcos normativos nacionales, provinciales y locales.
Principales instrumentos Iberoamericanos de referencia
- Código Iberoamericano de Buen Gobierno (2006).
- Carta Iberoamericana de Gobierno Electrónico (2007).
- Carta Iberoamericana de Participación Ciudadana en la Gestión Pública. (2009).
- Carta Iberoamericana de los Derechos y Deberes del Ciudadano en Relación con la Administración Pública (2013).
- Carta Iberoamericana de Gobierno Abierto (2016).
- Carta Iberoamericana de Ética e Integridad en la Función Pública (2018).
Estrategias posibles en gobiernos locales:
- Planes estratégicos de ética, integridad y acceso a la información pública.
- Sanción de normativas de transparencia, ética e integridad pública.
- Diagnósticos locales en la materia.
- Elaboración de Códigos de ética.
- Sanción de normativas locales de acceso a la Información Pública (IP).
- Portales de acceso y gestión de la IP y transparencia.
- Acciones de sensibilización y capacitación.
Eje 3. Gobierno Abierto.
Unos de los principales objetivos del Gobierno Abierto es lograr un diálogo dinámico, efectivo y eficaz con la ciudadanía basado en los pilares de la transparencia, participación ciudadana, rendición de cuentas, colaboración e innovación.
Principales instrumentos Iberoamericanos de referencia
- Código Iberoamericano de Buen Gobierno (2006).
- Carta Iberoamericana de Gobierno electrónico (2007).
- Carta Iberoamericana de Gobierno Abierto (2016).
Estrategias posibles en gobiernos locales:
- Actualización de infraestructura tecnológica.
- Gestión de la información y comunicación.
- Portales de transparencia activa.
- Datos abiertos.
- Laboratorios de gestión colaborativa.
Eje 4. Políticas Públicas de Participación Ciudadana.
Las políticas de participación se orientan a transformar y mejorar las relaciones sociales generando espacio de encuentros e intercambios de aprendizajes y construcción colectiva, a optimizar la gestión con nuevos y variados aportes ciudadanos y a promover estrategias de desarrollo de mayor proyección y sostenibilidad. A esas finalidades ha de agregarse, especialmente en América Latina, la de propiciar la adquisición de capacidades cívicas y la construcción de ciudadanía, dado los amplios sectores de la población excluidos de los derechos básicos indispensables.
Así junto al fortalecimiento de otros intangibles para el desarrollo, la promoción de la participación ciudadana ha ingresado en la agenda pública de los gobiernos de diferentes niveles.
Principales instrumentos Iberoamericanos de referencia
- Código Iberoamericano de Buen Gobierno (2006).
- Carta Iberoamericana de Participación Ciudadana en la Gestión Pública. (2009).
-
Carta Iberoamericana de Gobierno Abierto (2016).
Estrategias posibles en gobiernos locales:
- Planes estratégicos de Participación ciudadana.
- Institucionalización de áreas específicas abocadas a la participación.
- Promoción de procesos participativos locales y nuevos mecanismos en la legislación.
- Capacitación a la ciudadanía y entidades locales sobre cuestiones cívicas y fortalecimiento democrático.
- Fomento del asociativismo y apoyo a las organizaciones de la sociedad civil.
- Elaboración de Reglamentos locales de participación ciudadana.
- Portales de participación ciudadana y estrategias con TIC’s.
En los caminos hacia el “buen Gobierno” la ciudadanía debe estar en el centro de la escena, en un marco donde los/as ciudadanos/as han cambiado, demandan, interpelan, exigen derechos, asumen protagonismos por vías no tradicionales en un escenario de complejidad creciente.
Ante problemas fragmentarios y dinámicos que involucran a actores diversos no existen soluciones simples. Es ahí que la gestión pública debe transformarse significativamente, aprender a ser más permeable y dialógica con distintos actores sociales, incorporando y enriqueciendo su accionar con variados aportes y miradas lo que permitirá una mejora de la legitimidad de las decisiones, resulta necesario repensar paradigmas, propiciar el encuentro de saberes y con creatividad, audacia y compromiso traducirlas en acciones.